La cuestión de los pisos turísticos ha sido uno de los temas más candentes del verano en Málaga. En zonas como Martiricos, las tensiones entre vecinos y propietarios de viviendas turísticas, marcadas por denuncias de altercados y problemas de convivencia, han desatado un intenso debate político sobre la necesidad de regular estos alojamientos. En respuesta a las reiteradas quejas vecinales y con el objetivo de garantizar la convivencia pacífica, el Ayuntamiento de Málaga ha anulado las licencias de 121 viviendas turísticas en la Torre de Martiricos. Estas licencias fueron registradas después del 22 de febrero, fecha en la que entró en vigor el decreto andaluz que modifica la regulación de estos alojamientos, permitiendo a los ayuntamientos aplicar restricciones.
En los últimos años, Málaga ha visto un aumento significativo de los alquileres vacacionales, con un crecimiento del 25% desde 2019, superando a la oferta hotelera. A finales de 2022, más de la mitad de las plazas de alojamiento en la provincia pertenecían a los 51.000 apartamentos turísticos registrados. Ante esta expansión, el alcalde Francisco de la Torre ha subrayado la importancia de controlar este sector para evitar que los precios de la vivienda se disparen y mantener un mercado equilibrado. El Ayuntamiento tiene previsto limitar el registro de nuevas viviendas turísticas hasta que se apruebe una normativa específica que regule la zonificación en las áreas más saturadas de la ciudad.
Hasta que se apruebe dicha normativa, solo se podrán registrar como viviendas de uso turístico aquellas que cumplan ciertos requisitos, como disponer de un título habilitante para su ocupación y, en el caso de estar ubicadas en un edificio de uso residencial total o parcial, disponer de accesos y salidas independientes, así como de instalaciones generales completamente separadas del resto de la edificación. Además, el Ayuntamiento también ha decidido restringir el uso de locales comerciales reconvertidos en pisos turísticos, permitiendo que solo se alquilen para estancias prolongadas con contratos de al menos un año. El alcalde ha defendido que estas medidas, avaladas por la normativa vigente, permiten detener nuevas solicitudes de viviendas turísticas y evitar un crecimiento descontrolado del sector, que ya tiene una presencia considerable en la ciudad.
Posturas divergentes y propuestas para el futuro
El cambio hacia una mayor regulación de los pisos turísticos parece estar en sintonía con las demandas de muchos malagueños, quienes se manifestaron el pasado 29 de junio en el Centro Histórico. Durante la protesta, los ciudadanos exigieron soluciones ante lo que consideran una "invasión" de pisos turísticos, reclamando viviendas dignas y accesibles para los residentes. Asimismo, pidieron poner fin al turismo especulativo, al que atribuyen el aumento de los precios en el mercado inmobiliario.
No obstante, no todos comparten la necesidad de una regulación más estricta. Carlos Pérez-Lanzac, presidente de la Asociación de Viviendas Turísticas de Andalucía (Avva-Pro), argumenta que el número de alquileres vacacionales en la provincia no es desproporcionado y que el sector ha crecido de manera responsable, impulsado por el turismo residencial. Pérez-Lanzac defiende que cualquier restricción debe basarse en la normativa de la Junta de Andalucía, ser aplicada de forma proporcional y respaldada por datos que demuestren la presión generada, involucrando también a sectores como los hoteles y las oficinas. Además, advierte que imponer restricciones sin estudios sólidos puede vulnerar los derechos de los propietarios.
Pérez-Lanzac también propone soluciones para aliviar la situación de la vivienda en Málaga, como agilizar los trámites urbanísticos, liberar suelo para construir más viviendas, y acortar los plazos para iniciar nuevas obras. Además, sugiere reconvertir oficinas vacías en viviendas, permitir mayor altura en algunas zonas para edificar más inmuebles y explorar nuevos modelos de alojamiento como el coliving. También aboga por fomentar acuerdos público-privados para impulsar la construcción de viviendas de protección oficial, asegurando así que el crecimiento del turismo no obstaculice el acceso a la vivienda para los residentes locales.
El debate sobre los alquileres vacacionales en Málaga está lejos de resolverse, con posturas encontradas entre quienes piden una regulación más estricta y quienes defienden su valor en el sector turístico. Encontrar un equilibrio que mantenga el atractivo turístico de la ciudad sin comprometer el acceso a la vivienda será crucial en las futuras decisiones políticas y urbanísticas.
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