Comprar una finca rústica en Mallorca.

Comprar una finca rústica en Mallorca no solo proporciona una gran privacidad sino que también permite un contacto más estrecho con la naturaleza y le sumerge en la autenticidad del ambiente rural de la isla. Son una excelente opción como residencia vacacional, ya que facilitan el descanso y la desconexión, tienen mucho terreno al aire libre y son espaciosas para la vida familiar.  También resultan una magnífica alternativa como residencia habitual ya que, en Mallorca, vivir en el campo no significa vivir aislado. Dadas las dimensiones de la isla y su distribución de núcleos poblacionales, es posible disfrutar la privacidad y la extensión de una finca rústica y, a la vez, estar muy cerca de toda clase de servicios.

Mallorca cuenta con una gran variedad de fincas rústicas (fincas cerca del mar, fincas de interior, fincas de montaña…). Además de por su ubicación, la variedad también reside en las distintas tipologías de fincas. Los principales tipos de fincas que encontrará son: 

• Las “possessions”: tradicionales predios de la nobleza mallorquina con diferentes edificaciones como la casa señorial, la casa de los encargados, capilla, dependencias para el ganado o para la cosecha, “celler” para la elaboración y almacenamiento de vino o, incluso, almazara para la elaboración de aceite de oliva. Cuentan con una gran extensión de terreno y, en ocasiones, abarcan zonas de bosque. La gran mayoría se han reconvertido en hoteles rurales o en fincas de lujo tras una rehabilitación.

• Las antiguas explotaciones agrícolas o ganaderas: de menor extensión que las “possessions”, aunque con amplios terrenos que pueden superar los 100.000 m² y casas de gran superficie. Muchas de ellas han sido reformadas con todas las comodidades modernas, manteniendo el carácter de las construcciones mallorquinas.

• Grandes parcelas edificadas. Generalmente son fincas nacidas de la parcelación de una finca mayor. Su primera edificación suele ser más reciente que las anteriores y también de menor tamaño, aunque son generalmente muy amplias.

Las fincas rústicas de Mallorca son, sin duda, una inversión muy rentable, tanto a nivel económico por su progresiva revalorización como a nivel de calidad de vida. El clima, el aire puro, la belleza del paisaje y la facilidad para incorporar los servicios y comodidades de la vida vida moderna son alicientes que impulsan la gran demanda de estas propiedades en la isla.

A la hora de comprar una finca rústica en Mallorca es muy importante tener en cuenta la complejidad de la normativa en cuestiones de construcción en suelo rústico. Al ser Mallorca un territorio limitado, la lesgislación ha ido incorporando ciertas restricciones, que pueden variar de un municipio a otro. Por eso, es altamente recomendable acudir a un profesional especializado.

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