El Gobierno de España ha anunciado una iniciativa legislativa para abolir las Golden Visa, un tipo de permiso de residencia concedido a inversores extranjeros que adquieren propiedades por un valor superior a 500.000 euros. Esta medida busca reafirmar la concepción de la vivienda como un derecho esencial y no como una oportunidad de inversión especulativa. La decisión surge en un contexto donde la necesidad de acceso a la vivienda digna se intensifica, y se percibe como un esfuerzo para disminuir la presión especulativa en los mercados residenciales urbanos de las principales ciudades españolas.
Reacción del inmobiliario ante una medida controversial
Contrario a las expectativas gubernamentales, expertos y actores clave del sector inmobiliario sostienen que la eliminación de las Golden Visa no producirá un impacto significativo en el mercado. Argumentan que el volumen de transacciones facilitadas por este visado es marginal en comparación con el total de operaciones de compraventa de viviendas en España. Además, se critica que la medida podría desviar la atención de problemas más urgentes del sector, como la escasez de oferta y el aumento de la demanda, que son los verdaderos motores de la escalada de precios.
La derogación propuesta de las Golden Visa también ha generado preocupaciones sobre el mensaje que España envía al capital extranjero. Algunos expertos interpretan esta medida como un retroceso en la atracción de inversiones extranjeras, en especial en un momento en que el mercado inmobiliario español goza de un buen posicionamiento a nivel global. La preocupación subyace en que, aunque las Golden Visa representen una fracción menor de las inversiones, su eliminación podría percibirse como un gesto proteccionista y poco acogedor hacia el inversor internacional.
Perfil detallado del inversor de Golden Visa
Las estadísticas revelan que los principales beneficiarios de las Golden Visa han sido inversores de países como China y Rusia, quienes optan por propiedades de alto valor, principalmente en ciudades como Barcelona. Estos inversores suelen realizar sus adquisiciones mayoritariamente con fondos propios, lo que indica una preferencia por inversiones significativas y seguras. Este perfil sugiere que las motivaciones para adquirir propiedades en España trascienden las facilidades administrativas que ofrecen las Golden Visa, apuntando más hacia factores como la calidad de vida y la estabilidad económica y social del país.
Hacia un equilibrio entre vivienda e inversión
La discusión sobre las Golden Visa destapa un debate mayor sobre cómo armonizar el derecho a la vivienda con el fomento de inversiones que impulsan el desarrollo económico. Aunque el Gobierno se inclina por proteger el acceso a la vivienda, el sector inmobiliario pone en duda el verdadero impacto de estas visas en el mercado, sugiriendo un análisis más profundo de las políticas de vivienda e inversión en España.
Opinión de Bruno Rabassa, CEO de Berkshire Hathaway HomeServices Spain
Tras el último y sonado anuncio de nuestro Presidente del Gobierno de acabar con las Golden Visa residenciales, los medios de comunicación nacionales e internacionales se han hecho eco de esta medida de una manera tremendamente eficaz, probablmente con la convicción de que la supresión de esta medida vigente en nuestro país desde hace algo más de una década, pudiera provocar un ajuste de los precios de venta de las viviendas en el mercado residencial español.
Nada más lejos de la realidad. El Gobierno conoce perfectamente los datos de las Golden Visas concedidas durante su vigencia, como también si ha sido vía compra inmobiliaria u otra alternativa de las contempladas, como la inversión en empresas españolas o en deuda pública.
Lo cierto es que aunque el plan Golden Visa haya podido ser un gran reclamo, la realidad es que muy pocos de los compradores extranjeros han accedido a ella, bien porque ya eran ciudadanos europeos Schengen, o bien sencillamente porque no la deseaban porque no han considerado residir en España.
Los números son elocuentes, y según comunica Moncloa, desde que entró en vigor la medida, se han concedido algo menos de 15.000 Golden Visas, representando tan sólo un anecdótico 0,15% de todas las transacciones inmobiliarias realizadas en el mismo período.
¿Resuelve esta medida el incremento de precios que experimenta nuestro mercado inmobiliario español? NO, en absoluto. Lo que sí debería resolverlo es el incremento de la oferta disponible, y es que hemos pasado de producir 850.000 viviendas anuales en nuestro pico previo al 2.007 a apenas unas 80.000, cuando cada año se estima que se crean 250.000 nuevos hogares. Entre el blanco y el negro hay una escala de grises, y ni tanto ni tan poco.
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